jueves, 25 de noviembre de 2010

El uso del masculino neutro

Quería dar mi opinión sobre el uso del masculino neutro que se hace en nuestra sociedad. Las personas que se ocupan del estudio de la Lengua Castellana y el profesorado de esta materia, entre otras personas, defienden que en castellano el masculino es el género que se emplea para referirse a hombres y a mujeres que conforman un colectivo. Por eso ven una tontería hacer
hincapié en el femenino y se ríen de meteduras de mata como "miembros y miembras".

Centrándome en el ámbito académico, el profesorado de Lengua y Literatura es el que más inconvenientes pone a la hora de incluir el masculino y el femenino en las clases. La inmensa mayoría asegura que nuestro idioma tiene el masculino neutro, que el lenguaje es así y que no se puede cambiar. Esto lo dicen también las mujeres, quienes aseguran no sentirse excluidas para nada a través del lenguaje. Posiblemente esto último sea verdad pero, lo que no podemos olvidar, es que quienes más peso han tenido a la hora de crear las normas en nuestra lengua han sido los hombres y que por lo que parece no tuvieron al femenino demasiado en cuenta.

El mensaje que considero que debería interiorizar el profesorado es que deben dejarse de excusas y admitir que el problema no es que no se diga en el aula : “niños y niñas”, “chicos y chicas”, “todos y todas”, “profesores y profesoras”, “alumnas y alumnos” etc. El problema fundamental es que, en nuestra comodidad a la hora de usar el lenguaje, nos olvidamos de que al preparar las clases hay que hacer el esfuerzo de introducir el lenguaje no sexista de una manera no llamativa. Esto quiere decir que si estamos poniendo ejemplos intercalaremos el masculino y el femenino sin dar prioridad a ninguno de ellos. En una clase en la que pongamos ejemplos de profesiones podemos hablar de: la conductora de autobús, del administrativo de la oficina, de la abogada o del productor de espectáculos. No emplearemos el término “hombre” para referirnos a la humanidad, ni presupondremos que unos gustos son típicos de hombres y otros de mujeres, del mismo modo que no daremos por hecho que quien cocina en casa es la madre o el que conduce el padre.

Creo que si toda la comunidad educativa pone de su parte y se implica en todo lo relacionado con las políticas de igualdad, tendremos recorrida una buena parte del camino hacia la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.

Si sientes curiosidad por saber algo más sobre esto, aquí tienes un enlace a un Power Point que he encontrado rebuscando por la red.


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